martes, 13 de abril de 2021

El hombre partido por la mitad (2da parte)

 

El hombre partido por la mitad acepta el afecto como las monedas que le lanzan a su sombrero. Ama de la misma forma que los músicos callejeros, que los pícaros magos de alubias de lata y que los hombres estatua que soportan la indiferencia de la tarde bajo su caluroso disfraz. Adora unos ojos que han devastado el cielo y acaricia las mismas manos que derriban los castillos de aire. Besa a la serpiente pensando que el veneno no es tan grave y toca el fuego creyendo que no está tan caliente. 

No importa si le advirtieron, pues con toda seguridad tan solo escuchó la mitad que más le convenía. El hombre partido por la mitad sueña despierto; el único problema es que se está olvidando de cómo dormir. El hombre partido por la mitad es feliz. ¿Cómo puede no serlo, necesitando únicamente una felicidad a medias?


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