martes, 13 de abril de 2021

El hombre partido por la mitad (2da parte)

 

El hombre partido por la mitad acepta el afecto como las monedas que le lanzan a su sombrero. Ama de la misma forma que los músicos callejeros, que los pícaros magos de alubias de lata y que los hombres estatua que soportan la indiferencia de la tarde bajo su caluroso disfraz. Adora unos ojos que han devastado el cielo y acaricia las mismas manos que derriban los castillos de aire. Besa a la serpiente pensando que el veneno no es tan grave y toca el fuego creyendo que no está tan caliente. 

No importa si le advirtieron, pues con toda seguridad tan solo escuchó la mitad que más le convenía. El hombre partido por la mitad sueña despierto; el único problema es que se está olvidando de cómo dormir. El hombre partido por la mitad es feliz. ¿Cómo puede no serlo, necesitando únicamente una felicidad a medias?


domingo, 11 de abril de 2021

La tragedia del escritor

Una de las tragedias del escritor es que las miradas no pueden escribirse. Algunas generan montañas de libros invisibles, de esos que jamás me cansaría de releer. Las manos son plumas y los cuerpos son historias; tú eres el presente atronador. Tu quietud sabe transgredir esos esperanzados movimientos que son mera batalla de nostalgia. 

Aún así, me miras. Me miras y me sabes. Y sé que me sabes. Me lees más de lo que nunca pueda llegar a escribir. Eres elixir, energía y ese "volver a empezar" que escribo con la mano temblorosa. Eres el reloj aparentemente estropeado, la luz en el momento que más te guste del día y el punto de libro que comparte mil vidas conmigo. Hay momentos en que los ojos son suficientes para pelear, pero no bastan para despertar. Una de las tragedias del escritor es no poder escribir historias que duren para siempre.